LA VIDA PARA MÍ

Persigo la paz, me persigue.
Tengo de remar los brazos hinchados,
y aunque la corriente es cuesta arriba,
disfruto el paisaje que pasa,
el que dejo y el que me está esperando.

Y cuando miro hacia atrás
con ojos más bien cansados,
siempre la veo a ella,
distante y atenta,
empujando,
rebalsada de esperanzas,
naciendo de espantos,
con todo mi dolor a cuestas,
con todos sus años
¿Cómo no amarla, cómo no soñarla
cómo quedarme sentada
sin ir a su encuentro
cantando? 

Mi naturaleza combativa,
se halla a sus anchas remando,
y esta fuerza, desganadamente intacta,
se renueva en cada puerto,
posterior a cada ocaso.

Mis caricias de cada día son de brisa,
de suavidad, de tierna calidez,
de almas vivas y encanto.
Son caricias que mañana
elegirán su rumbo para seguir volando. 

Yo tengo un sol y una luna,
y una estrella que guía mis pasos,
Y desde el silencio donde he nacido
aprendí la libertad de ir cantando,
soy dueña de mi voz,
(y eso no es poco)
son míos estos zapatos,
es mío este corazón
que sufre y no va claudicando.

Mañana seré como hoy
(o mejor pues siempre cabe)
Mañana cuando el alba mande,
mientras exista caricia
he de levantarme.
Mañana cuando el río cante
arremangaré mis remos,
respiraré tu aire.



Fotografía: Elizabeth Coronel.

Comentarios

Gaby ha dicho que…
Cada vez que te leo, te conozco un poco más... Me emociono con tus sentimientos amiga!!!! te admiro un monton!!!!!

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