VIDA

Yo te presiento cada mañana

cuando abro los ojos, cuando respiro,

cuando lavo mi cara, cuando camino,

cuando regreso del sueño que me conmueve,

sueño que al rato será olvido,

cuando repito como un ritual la sorpresa,

de verificar que extraordinarias son las cosas simples,

que imprescindible este desayuno, esta mesa.

¿Cuánta belleza esconde el espanto?

¿Cuántas dudas se necesitan

para aceptar una sola certeza?

Yo tengo la suerte de desayunar

sonrisas, miradas de hijx;

gesto inocente y sin sombras

por donde me indagan todos los niñxs,

pensamientos y sentimientos

que me recuerdan que no son míos,

que antes que nada soy de la vida,

y para ellos la puerta por donde han venido,

y sé que antes que me de cuenta y en un descuido,

se irán volando por la ventana,

llevando crayones para colorear su nido.

Soy consiente de no querer perder la conciencia

de andar con amor y pasión mi camino,

de querer conservar esta fuerza

de mirarme y mirarte, vida,

y mirar hacia atrás y reír y llorar

y brindar por lo que hemos compartido.

Vida; te escribo a veces algunas palabras

te pienso casi siempre que canto y río,

y cuando me ausento y callo,

y hago todo lo posible por no hacer ruido,

jamás me olvido de vos;

sos en el silencio eso que no digo.

Imagen: Cartier-Bresson