EN LA FRONTERA DE LA PIEL

Apenas dominó tenuemente lo que sucede en la frontera de la piel. Me pregunto cuánto resiste la piel.
Observó con distancia cómo la membrana metaboliza en ambos sentidos mi existencia y la realidad.
Adentro, de la frontera hacia lo hondo del ser hay absolutamente todo. Una verdadera excursión dantesca sin ahorro de detalles. Hay paz y armonía y verde, agua y belleza animal y vegetal y mineral, hay naturaleza viva y también terremotos violentos, torbellinos feroces, constelaciones desaforadas, brillantes y escurridizas, un juego de fuerzas siderales rearmando siempre y nuevamente la coreografía del baile de existir. Una galaxia me habita.
Apenas tenuemente tengo poder sobre lo que ocurre tierra adentro. A veces es un maravilloso espectáculo, magnífico o decadente, y me quedo sentada respirando y observando, a veces intento intervenir y compruebo el tamaño de mi impotencia y mi finitud. El viento que sopla desde mas allá de la frontera suele vencer todo optimismo. Pero siempre vuelvo a reincidir.
Afuera... afuera apenas lejos de este movedizo y breve círculo del abrazo y la ronda de amiges, afuera todo es guerra y muerte, egoísmo, sangre y codicia, consumismo. Guerra material. Real. Con pedazos de niñes descuartizades en los primeros planos de las principales cadenas televisivas, con audiencias sedientas siempre de lo mismo: sedientas de mirar solo hacia afuera, por la ventana luminosa de cualquier pantalla celular. Afuera hay un campo de batalla de extensión mundial. A veces temo que creamos que todo es una ficción en la palma de nuestras manos. Ese, el poder de tener todo en la palma de la mano es la única ficción real.
Me siento sola y breve. Apenas muy tenuemente dominó lo que ocurre afuera de la piel.
¿Es un desafío existir? ¿La vida es un desafío? Entonces es claro que creamos un sistema dominado por la muerte. Y no digas "yo no lo cree". Usarlo es sostenerlo. Tranzar un rato es una manera de defenderlo. Esto es magia o algún tipo de alquimia. Sus defensores son sus propias víctimas y están encerrades dentro. ¡Pero basta!.. ¿no? Mejor no reflexionar sobre esto, mejor, como reza la publicidad creer que hoy podemos elegir todo, pedirlo ya, que lo traigan a la puerta, que sea bonito y barato, que nos atiendan. Que tonto humano. El consumismo anestesia el necesario enojo y domina la imaginación y la sensibilidad.
Ser no es tener. Pero acá, sabemos, existe un sentido inverso afianzado como una piedra de verdad. Acá si no tenés no sos. No existis. Y todavía hay quienes se rasgan las vestiduras con los afanos y la inseguridad. Sepamos que son elles quienes están convencidos que algunes, les que hicieron muy bien la tarea, tienen derecho a existir y otres no.
Existir es más complejo. Es más bien una dificultad. Es una falta total de certezas. Es inconformismo y llanto siempre. Es vivir en pie de guerra. Es estar parada en esta endeble y sensible pared de piel que hace de frontera, y ser consciente del piso que piso, y tener el ánimo y el valor de mirar hacia ambos lados, y tener todavía un resto para intentar intervenir, es decir, actuar. Y comprender.
El resto, más allá del abrazo, es todo muerte y wifi.
 
Visual: pintura sumi-e encontrada en el universo bits

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